Mariana Flores Melo - El secreto de Yucatán: haciendas convertidas en hoteles y rutas por los cenotes
Viajar es una de las experiencias más placenteras y enriquecedoras que hay. Esto se debe gracias a la necesidad que existe por conocer nuevos lugares y culturas. Sin embargo, en todo viaje tiene que haber un punto de sorpresa o fascinación que lo conviertan en único.
Son muchos los países y lugares que ofrecen todo esto, no obstante, México, y más concretamente la península del Yucatán, albergan gran cantidad de escenarios que dejarán con la boca abierta a cualquiera que lo visite, como es Chichén Izta o sus espectaculares cenotes.
La península cuenta con un secreto muy bien guardado y que es de extremada belleza e interés. Se trata de las numerosas haciendas henequeneras abandonadas que se encuentran en mitad de la selva, cerca del municipio de Homún. Algunas están en un perfecto estado de conservación y permiten, además, realizar rutas por sus alrededores disfrutando del entorno y de los espectaculares cenotes.
Su historia
Desde el diario británico BBC cuentan que la edad dorada de las haciendas henequeneras corresponde al siglo XIX, cuando la planta de agave henequén bañó de riqueza estas tierras. Su valor residía en su versatilidad y utilidad a la hora de hacer cuerdas, lo que la convirtió un producto básico para la construcción de barcos y máquinas para el cultivo de granos. Esto hizo que empresas americanas comenzarán a invertir en este producto hasta tal punto de convertir a la península en el estado más rico de México.
Este periodo de esplendor se refleja hoy día en sus ruinas, donde se puede observar la vida de esos tiempos, en el que las haciendas contaban con plantaciones, plantas procesadoras de henequén, iglesias, tiendas y barrios de trabajadores. En muchos aspectos, eran países autónomos dentro del país, algunos incluso tenían su propia moneda y sus propias leyes.
Sin embargo, tras la Revolución Mexicana en la década de 1920, las reformas agrarias rompieron el modelo de las grandes plantaciones. A esto se le sumó la búsqueda de EE UU de nuevas alternativas al henequén mexicano y el fuerte impacto de la Gran Depresión. De esta forma, alrededor de 1938, Yucatán perdió el dominio de esta industria y las haciendas cayeron en la pobreza, siendo la mayoría abandonadas en 1950. Sin embargo, a día de hoy, muchas de ellas se han convertido en atracciones turísticas e incluso algunas en hoteles.
La Hacienda Kempepén
El viajero que decida visitar esta parte de la historia no se puede perder la Hacienda Kempepén, la más sorprendente de todas. Forma parte de la propiedad de Desarrollos Turísticos de Yucatán y comenzó a recibir turistas en septiembre de 2018. Además, cuenta con un pequeño campamento y una ruta guiada de 1,2 kilómetros de largo, donde se puede disfrutar de las ruinas de la antigua plantación, de espectaculares cenotes e impresionantes cuevas.
La casa principal fue construida en 1823 y a lo largo de ella, y de toda la hacienda, se pueden observar los restos del dominio español, pero también la cultura maya. Un ejemplo de ello serían los pequeños altares de piedra para los aluxe, espíritus mayas del bosque, que se construyeron junto a viejos pozos.
Otras haciendas de interés
Aparte de la Hacienda Kampepén, existen muchas más a lo largo de todo Yucatán, sin embargo, algunas se encuentran totalmente descuidadas. Este es el caso de la Hacienda Uayalceh, la cual se encuentra en un estado completo de abandono, donde el visitante podrá encontrar todo tipo de animales, aves y flores silvestres adornando el lugar.
Esto contrasta perfectamente con la Hacienda Yaxcopoil, la cual ha sido convertida en un hotel y lugar para bodas que ofrece estadías rústicas, recorridos a pie y una dosis de historia, a través de su casa de máquinas con equipo de henequén y su galería de reliquias mayas. A esta se le suma la Sotuta de Peón Hacienda Viva, que combina un hotel de lujo con una experiencia histórica retrospectiva: un museo completo que muestra como se manufacturaba el henequén de la vida real.
Por otro lado, hay muchas haciendas que se encuentran dispersas por esta zona, por lo que aquellos viajeros que quieran visitarlas deberán pedir indicaciones a los lugareños, ya que muchas no están señalizadas. Además, a algunas se puede llegar en autobús o taxis contratados, otros requieren un vehículo 4x4 o una motocicleta, pero su presencia es evidente en todas partes, desde ruinas cubiertas de maleza en los espesos y densos bosques hasta edificios antiguos en ruinas a las afueras de pequeños pueblos y ciudades.
Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.
via Fuente