Mariana Flores Melo - El único castillo de Nueva Zelanda: un edificio del siglo XVIII donde puedes alojarte

Nueva Zelanda es un país perfecto para los amantes de la naturaleza, los aventureros, los que quieran adentrarse en paisajes sacados de otro mundo. Pero en este país tan lejano de España también hay sitio para la historia y la arquitectura. Una de las atracciones turísticas más populares es visitar el Castillo de Larnach, al noreste de la isla principal

Este edificio no solo destaca por su bonito diseño, sino que es el único castillo que encontraremos en el país. Además de visitar su interior y sus jardines, también podremos alojarnos en él y cenar en uno de sus comedores.

Construido por amor

El Castillo de Larnach fue construido en 1871 por William Larnach, un barón comerciante y político. Este australiano de origen lo levantó para su amada esposa Eliza, utilizando los mejores materiales y la mano de obra de maestros artesanos europeos para embellecer el interior. Concretamente, encontramos esta llamativa construcción en lo alto de una colina de la península de Otago, en la ciudad de Dunedin.

En la actualidad, el edificio sigue siendo de propiedad privada y pertenece a la familia Barker desde 1967. Desde entonces, se llevaron a cabo grandes trabajos de restauración y el castillo fue decorado con valiosas obras de arte y muebles antiguos.

Visitar las estancias, pasear por los jardines y alojarse y cenar en el edificio

A pesar de ser privado, el castillo está abierto al público, para que todos los interesados puedan visitar esta preciada obra arquitectónica tan importante para Nueva Zelanda. Los turistas podrán hacer un recorrido por algunas de sus estancias, contemplar unas increíbles vistas desde las torres y pasear por sus tranquilos jardines con caminos, flores, setos y árboles. Estos últimos se dividen en varios espacios con personalidad propia como el Jardín Estampado, el Jardín de Rocas Perdidas, la Selva Tropical, el Jardín de los Mares del Sur…

Y eso no es todo, en los terrenos del castillo encontraremos tres alojamientos donde pasar la noche. El primero es el Camp Estate, una glamurosa casa señorial de piedra con exclusivas suites decoradas en estilo neoclásico. Por otra parte, están las Larnach Lodge Rooms, junto a los establos históricos originales y sobre los cimientos de antiguas granjas. Finalmente, nos podremos alojar en Larnach Castle Stable Stay, en los propios establos antiguos. Sea como sea, los huéspedes podrán completar la experiencia cenando en uno de los comedores del castillo.

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