Mariana Flores Melo - Cinco anfiteatros romanos para viajar a Italia sin salir de España
Durante el Imperio Romano este tipo de construcciones de forma circular acogían los espectáculos en los que los gladiadores se jugaban la vida. El más antiguo conocido es el de Pompeya, y el más famoso, el Coliseo de la capital italiana. Pero en España se conservan también algunos donde es posible revivir la historia. Además de estos cinco que detallamos a continuación existen tres más en nuestro país. Son los de Cartagena, en proceso de rehabilitación, Córdoba, el más grande de Hispania, que solo se puede visitar con permiso de la Universidad, y el recién descubierto de Ategua, también en tierras cordobesas.
El anfiteatro más antiguo conocido es el de Pompeya, y el más famoso, el Coliseo de Roma, pero en España se conservan algunos fantásticos
JUNTO AL TEATRO EN MÉRIDA
Luchas entre humanos y animales salvajes, cacerías de fieras en escenarios artificiales que simulaban ser selvas o tal vez desiertos… Todo esto y mucho más era lo que en sus tiempos contemplaban los 15.000 espectadores que podían albergar las gradas de esta construcción, inaugurada en el año 8 a.C., junto al teatro, separados ambos por una calzada. Contaba con cuatro puertas monumentales que, desde el exterior, y a través de amplios corredores, dos de ellos escalonados, desembocaban en la arena, de forma elíptica, bajo la que existía un gran foso. Conserva las estancias donde los gladiadores se encomendaban a Némesis, su diosa protectora. turismomerida.org
JUNTO AL MAR EN TARRAGONA
Si el anfiteatro de la ciudad de Tarraco fue construido, allá por el siglo II, a orillas del mar fue por un motivo eminentemente práctico: así era más fácil trasladar a su interior las jaulas con animales que llegaban en barco. Eran, junto a los gladiadores, los protagonistas de los espectáculos de los que podían disfrutar, sentados en las gradas, muchas de ellas excavadas en la propia roca, hasta 14.000 asistentes. En los sótanos había montacargas que, mediante un sistema de poleas y contrapesos, levantaban los elementos escenográficos de los juegos. Pero no solo hubo diversión. En su arena también tuvieron lugar ejecuciones públicas. tarragonaturisme.cat
El anfiteatro de Mérida tenía capacidad para 15.000 espectadores, y el de Tarragona, para 14.000
ITÁLICA, LA PRIMERA URBE HISPANA
Hasta Santiponce, en Sevilla, tendremos que ir para visitar la que fue la primera ciudad romana de Hispania, fundada en el año 206 a.C. Con una capacidad para acoger hasta 25.000 espectadores, el anfiteatro, construido a instancias del emperador Adriano, nacido en Itálica, fue levantado en la zona norte para aprovechar así la vaguada natural que existía. Antes de convertirse en Pozo Dragón por obra y gracia de “Juego de Tronos”, fue escenario de otros juegos, los de sangre, combates a muerte entre gladiadores o entre hombres y bestias. Contaba con tres niveles de graderío y un foso al servicio de los espectáculos bajo el antiguo suelo de madera. italicasevilla.org
SEGÓBRIGA, EN EL SUR DE CUENCA
Situado en torno al cerro de Cabeza de Griego, a solo cuatro kilómetros de Saelices, en el extremo suroccidental de la provincia de Cuenca. Es ahí donde encontraremos los restos de esta urbe romana, que antes fue celta, bien equipada con murallas, termas, acueducto, circo, teatro y anfiteatro, construidos estos dos últimos uno frente al otro flanqueando la entrada a la ciudad. De forma elíptica irregular, con 75 metros de largo, el anfiteatro es el monumento más grande de Segóbriga, con una arena, a la que se acede a través de dos grandes puertas, que aparece separada del graderío por un alto podium. Hasta 5.500 espectadores cabían en él. segobriga.org
La urbe de Segóbriga tenía murallas, termas, acueducto, circo, teatro y anfiteatro
CARMONA, EL MÁS ANTIGUO DE LA PENÍNSULA
Desde la terraza-mirador del museo del Conjunto Arqueológico de Carmona, la antigua Carmo, en Sevilla, podemos contemplar el que es el anfiteatro más antiguo de la Península Ibérica, construido en el siglo I a.C, junto a una espectacular necróplis y la Vía Augusta. Fue este lugar de asentamiento habitual de las tropas romanas, cuyos soldados seguramente se entrenaban en la misma arena que después pisarían los gladiadores. El graderío y los vestíbulos estaban cubiertos con planchas de material noble, con nichos para las estatuas de emperadores y otros personajes locales ilustres. En su fachada oriental cuenta con una rampa de acceso similar a las que habría en las esquinas. visitcarmona.com
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