Mariana Flores Melo - Poca gente, bellos paisajes, 50.000 calaveras y buen vino: escapa a Moravia del Sur
Muchos viajeros conocen Praga, la monumental e histórica capital checa, pero el país de Kafka esconde otras joyas en su territorio. Una de ellas es la región de Moravia del Sur, un destino perfecto para los amantes de lo histórico, de la gastronomía, de lo original y genuino, e incluso de los que buscan siempre el sello de la Unesco. Parques naturales, paisajes de viñedos, palacios de familias nobles, pueblos con encanto y hasta buen tiempo esperan a los visitantes que se animen a recorrer este territorio, que tiene a la bella y coqueta ciudad de Brno como capital de la región.
Los imprescindibles de la capital de Moravia del Sur son la Catedral de San Pablo y San Pedro, que se remonta a lo siglos XI y XII, y sobre todo los subterráneos de Brno, llamados Kostnice u sv. Jakuba (el osario de la iglesia de Santiago), el segundo mayor osario de Europa (después de las catacumbas de París), con más de 50.000 restos. Otras maravillas a visitar son el Castillo de Špilberk, el mirador de Denisovy Sady o la Casa de los Señores de Lipá. Entre las propuestas gastronómicas de la ciudad (bastante completa entre las típicas cervecerías, originales vinotecas, cafés tradicionales y un gran abanico de restaurantes), busque la más curiosa: “el bar que no existe”, un remedo de los tinglados del hampa de Chicago durante la Ley Seca.
Moravia del Sur cuenta con varios rincones reconocidos con el sello de la Unesco, como la Villa Tugendhat, una joya de la arquitectura moderna, y el recinto de Lednice-Valtice, conocido como El Jardín de Europa: un paisaje de más de 300 kilómetros cuadrados de gran belleza. De su tradición vinícola señalar que la región está atravesada por más de 1.200 km de trayectos señalizados, las Rutas del Vino de Moravia. Un recorrido a través del vino y el enoturismo debe hacer parada obligada en las ciudades históricas de Znojmo y Mikulov, la primera con fama merecida por la calidad de sus vendimias (destacan los caldos de la marca Šobes) y la segunda por la belleza de su casco histórico.
Esta región, casi desconocida, se presta para una escapada libre de masificación, para desconectar del todo (no entender apenas el idioma también ayudará) y realizar excursiones al aire libre por entornos de película centroeuropea de época. Tres son los lugares que destacan por su belleza y atractivo natural: el Parque Nacional Podyjí, Pálava y el Karst de Moravia. Más información en visitczechrepublic.com y en destinochequia.com
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