Mariana Flores Melo - La esencia de Cantabria: un recorrido por seis de sus más bonitas plazas
Cantabria es un destino ideal para quienes huyen de los grandes calores, pero no quieren perderse las playas. La región ofrece un impresionante legado natural, donde brillan sus cuevas prehistóricas (no sólo Altamira), su parte de los Picos de Europa y el Parque Natural de Cabárceno.
De su parimonio arquitectónico hoy nos quedamos con sus plazas, esos lugares donde socializar con los del lugar y conocer las verdades de sus pueblos. Estas son, o nos han parecido, las seis plazas más bonitas de Cantabria.
Conocida como 'la villa de las tres mentiras', pues ni es 'santa', ni 'llana', ni tiene 'mar', Santillana del Mar es la capital de un municipio de 4.000 habitantes dedicados en su mayoría a la actividad agropecuaria y, sobre todo, al turismo. Por algo está en la lista de Los pueblos más bonitos de España. Su Plaza Mayor es un buen ejemplo de la belleza en piedra de esta localidad.
Uno de sus principales atractivos es la gastronomía. Pero conserva un interesante casco viejo, con callejuelas de gran sabor que invitan al paseo. En esa ruta la Plaza del Ayuntamiento (en la imagen) es parada obligada.
Fue capital de España por un día y la primera localidad española en tener luz eléctrica. Pero lo que aquí nos importa, es una localidad hermosa y no sólo por el Capricho de Gaudí. También el Palacio de Sobrellano, la Capilla Panteón, el Mirador de Santa Lucía y su Plaza de la Constitución.
No será el pueblo más bonito de la región, pero reúne todas las comunidades y servicios para vivir con comodidad, a apenas diez minutos de la costa de Suances y muy próxima a otras destacadas villas como Santillana del Mar o Comillas. De su mapa urbano destaca con diferencia esta Plaza del Grano (en la foto).
El pueblo donde nació la leyenda del 'Hombre Pez' español tiene muchos lugares de interés. De hecho está entre los 300 Pueblos más bonitos de la Tierra. Hay que ver su Puente Mayor y perderse por la callejuelas empedradas de su casco viejo y pasar, necesariamente, por la Plaza del Marqués de Valdecilla.
La capital cántabra es un lugar de esos en los que es fácil vivir. Bonita y tranquila, pero con todas las comodidades de una ciudad, Santander se hace querer. Nada como pasear por su casco viejo y cruzar por su Plaza Porticada o de Velarde (en la imagen). Y claro, disfrutar de la famosa playa de El Sardinero o quedar deslumbrado por el Palacio de la Magdalena.
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