Mariana Flores Melo - 15 razones para enamorarse de Viena

La capital de Austria es la ciudad romántica por excelencia. Con una combinación perfecta entre el gloriosos pasado imperial y el encanto contemporáneo, Viena sorprende con una rica vida cultural y un ambiente de lo más animado en sus calles.

La Catedral de San Esteban

Parte del encanto de Viena reside en que se puede recorrer fácilmente a pie. Lo que viene muy bien para no perderse ninguno de los edificios que salpican el casco histórico. Comenzamos por la catedral gótica y emblema de la ciudad, que solo con su altura, más de 130 metros, domina toda la ciudad. Adentrarte en ella es descubrir reliquias, ejemplares de libros antiguos y catacumbas. Desde lo alto de su torre encontrarás las mejores vistas.

La Capilla Virgilio, una cripta en el metro

La mayoría de viajeros que pasan a diario por la estación de metro de Stephansplatz (por donde circulan las líneas U3 y U1) desconocen la existencia de esta joya medieval que tiene ocho siglos de antiguedad. La capilla Virgilio, que se encuentra debajo de la famosa Catedral de San Esteban, tiene el interior gótico mejor conservado de Viena, por lo que es una visita que no deberías perderte.

Palacio de Hofburg

El hogar de los Habsburgo durante más de sesenta décadas destaca por su impresionante arquitectura, símbolo de la herencia imperial austríaca. Prepárate para disfrutar del mayor palacio de la ciudad y el más turístico con un interesante recorrido por los apartamentos imperiales. Podrás visitar 24 salas que se mantienen decoradas cómo si no hubiera pasado el tiempo. Una de las más curiosas es la de ejercicios, donde están la espaldera y la barra con las que la emperatriz Sissi se ponía en forma cada día. Además, el palacio cuenta con un museo especialmente dedicado a ella.

El MuseumsQuartier

Un día sirvieron como establos imperiales y hoy son un bonito lugar para relajarse, observar a la gente y, sobre todo, para apreciar el arte. Se trata de uno de los espacios culturales más ambiciosos del mundo, con más de 60.000 metros cuadrados, donde no faltan restaurantes, cafés y tiendas en edificio barrocos mezclados con arquitectura moderna. Alberga tres museos fundamentales, el Museo Leopold, la Kunsthalle de Viena y el Museo de Arte Moderno Mumok (Fundación Ludwig Viena). Y si no tienes tiempo para verlo todo, te aconsejamos que no te pierdas el Museo Leopold y también su café con paredes de vidrio.

Biblioteca Nacional Austríaca

Dentro del complejo palaciego de Hofburg, este rincón destaca sobre todos los demás. Construida en el siglo XVIII, en estilo barroco, la Biblioteca Nacional es una de las más bellas del mundo. Heredera de la antigua Biblioteca Imperial de los Habsburgo, posee casi ocho millones de documentos. En la Sala Imperial, además de la cantidad de libros antiguos y estatuas de mámol que hay, te sorprenderán los preciosos frescos que decoran su cúpula.

Palacio de Schönbrunn

Aunque la mayoría de los monumentos de interés se localizan en el casco histórico, también hay que alejarse un poco para disfrutar de otras visitas muy interesantes. A unos 6 kilómetros del centro de Viena se encuentra este palacio, residencia de verano de la familia imperial, que se transformó al gusto barroco de la emperatriz María Teresa. De todos sus descendientes que pasaron por aquí, son los recuerdos de Francisco José y Sissi los que más predominan. Además de recorrer el interior (tiene más de 1.400 habitaciones, de las que se visitan 40), seguro que te encantará perderte por sus enormes y bonitos jardines.

El Mercado de Naschmarkt

No se conoce del todo una ciudad hasta que no se pisa uno de sus mercados. El más antiguo de Viena es el de Naschmarkt, abierto desde el siglo XVI. Además de deleitarte la vista con todo tipo de productos frescos, estás en el lugar ideal para probar algunos de los platos típicos de la gastronomía austríaca en los locales que encontrarás aquí y que están tan de moda. No te vayas de Viena sin tomar el Schnitzel (escalope) y el Knödel, una especie de albondiga. Aprovecha para echar un vistazo también a los bonitos edificios de alrededor. Está abierto de lunes a sábado.

Reloj Anker

Cuando visites la Hoher Markt, la plaza más antigua de Viena, no pases por alto una de las principales atracciones de esta ciudad: el reloj Anker. Se trata de una obra maestra del Art Nouveau, diseño del pintor modernista Franz Matsch, que cautiva desde hace más de 100 años a todos los que visitan la capital austríaca.

Rodeando al reloj hay varias figuras que simbolizan el pasar del tiempo y la vida. A cada hora en punto sale un personaje, pero es a las 12h del mediodía cuando las 12 figuras que lo forman van apareciendo mientras suena música clásica vienesa. El espectáculo dura unos 10 minutos.

La casa Hundertwasserhaus

Si pensabas que la capital austríaca es una ciudad seria y aburrida es porque no te has pasado por la Hundertwasserhaus, obra del artista Friedensreich Hundertwasser. Esta casa llena de magia es uno de los edificios más fantásticos de la arquitectura de la Viena contemporánea. Su fachada exterior, decorada con vivos colores y de diseño irregular, es imposible que deje indiferente. Los habitantes del edificio pueden pintar sus fachadas a su propio gusto.

La Ópera

Estás en la capital mundial de la música. No se puede pasar por Viena sin asistir a un concierto de Ópera y disfrutar de las obras de Mozart, Beethoven, Johann Strauss... No es demasiado caro, y podrás vivir un espectáculo único y sorprendente. Pero además, la arquitectura neorrenacentista de la Staatsoper es absolutamente impresionante. Y no, no es imposible encontrar entradas, ya que cuando se abre la temporada reservan algunas para venderlas el mismo día del espectáculo, y las hay a precios muy reducidos.

Palacio de Beldevere

Se trata de otra de las principales muestras del arte barroco en Austria, y no es solo eso, ya que además, el Palacio de Belvedere es también un símbolo histórico. Situado en el centro de Viena, fue construido como residencia de verano del Príncipe Eugenio de Saboya. Hoy en día es uno de los museos más importantes del mundo, con interesantes colecciones que van desde la Edad Media hasta nuestros días. Una de las obras más famosas que se encuentran aquí es El Beso, de Gustav Klimt, pero también pinturas de Renoir o Monet, entre otros autores. Y además tienes la oportunidad de contemplar su hermoso jardín, que es uno de los más antiguos de toda Europa.

Un café en Viena

Es imposible visitar Viena sin mencionar el famoso café vienés, que por supuesto, tiene que ir acompañado de una Sachertorte (tarta de chocolate vienesa) o un strudel (pastel de manzana). Y la mejor forma de apreciarlo es hacer una parada en alguno de los elegantes cafés en los que parece que se ha detenido el tiempo. Uno de los más famosos es el Café Central, el más importante del siglo XIX, y por el que han pasado personalidades como León Trotsky o Sigmund Freud. También te recomendamos el Café Landtmann, el más elegante de la ciudad.

La Noria gigante

La Noria gigante es uno de los símbolos de la ciudad. Se construyó en 1897, con motivo del 50 aniversario en el trono del emperador Francisco José, y desde entonces no se concibe Viena sin su noria. Es la única obra que queda en pie de Walter Basset, que también construyó norias para Londres y París. Desde sus más de 60 metros de altura se puede disfrutar de una maravillosa panorámica de la ciudad. Esta reliquia histórica ha sido escenario de películas tan famosas como El tercer hombre, de Orson Wells.

Viena de noche bajo el metro

Música clásica, cafés literarios... a simple vista la capital de Austria podría dar la sensación de ser un destino anclado en el pasado y para algunos incluso aburrido. ¡Pero nada que ver! Si quieres descubrir la Viena nocturna, te aconsejamos que te acerques hasta El Gürtel, en la zona situada entre las estaciones de metro de Thaliastrasse y Nussdorferstrasse. Aquí, bajo la muralla construida por el arquitecto modernista Otto Wagner, hay una serie de locales alternativos como el Chelsea, el Rhiz o El Kramladen, con música y mucha marcha durante toda la noche.

Un paseo por el Danubio

Estando en Viena ¿cómo no vas a realizar un paseo por el Danubio? La capital austríaca está atravesada por el este enorme río durante 23 kilómetros, en un recorrido en el que sus aguas son testigos silenciosos de la belleza de esta ciudad. El canal del Danubio (o pequeño Danubio) ofrece una perspectiva diferente de algunos de los lugares emblemáticos. Podéis elegir un minicrucero de algo más de una hora o un trayecto con cena romántica en medio de un ambiente fluvial único.

Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.



via Fuente

Entradas populares de este blog

Mariana Flores Melo - No te hagas fotos en el nuevo barrio de Nueva York: sus dueños tienen los derechos sobre cualquier imagen

Mariana Flores Melo - 10 balnearios al aire libre en España

Mariana Flores Melo - Los balnearios al aire libre más bonitos de España con aguas termales para mimar a tu cuerpo