Mariana Flores Melo - Las cinco catedrales más bonitas (posiblemente) de Aragón
Desde los Pirineos hasta las sierras turolenses, Aragón muestra un fabuloso patrimonio histórico-artístico. Desde castillos majestuosos, monasterios que huelen a incienso, palacios con mil historias, torres, iglesias y, también, imponentes catedrales.
Dado lo complejo de su construcción, pasaron años, décadas y hasta siglos para levantar las catedrales. Eso hace que reflejen el paso del tiempo, de los estilos arquitectónicos y de los poderes. Son templos que muestran los cambios históricos.
Aunque Aragón la componen sólo tres provincias, esta comunidad autónoma tiene una decena de catedrales. No es fácil, pero hemos intentado seleccionar las cinco más bellas. Tal vez sean éstas.
Roda de Isábena puede presumir. Esta localidad oscense de menos de 50 habitantes es la localidad más pequeña de España con sede catedralicia. El templo data de los siglos XI y XII, aunque ha experimentado reformas importantes en el siglo XVIII, cuando se construyen el pórtico sur y la torre que destaca en la fachada. Al exterior los tres ábsides de la catedral presentan motivos decorativos característicos de la arquitectura románica lombarda.
La Seo de San Pedro de Jaca o catedral de Jaca fue la primera gran construcción románica de la península. Levantada a finales del siglo XI, a iniciativa del rey Sancho Ramírez, nació ligada al nuevo reino de Aragón y al Camino de Santiago, convirtiéndose en templo de referencia. Consta de planta basilical de tres naves, divididas en el interior por pilares cilíndricos y cruciformes, tres ábsides en su cabecera y un amplio pórtico de dos tramos.
Levantada a un paso de la basílica del Pilar, la catedral del Salvador es un extraordinario compendio de siete siglos de historia del arte, del XII al XVIII. Construida sobre la antigua mezquita, en el interior y el exterior sobresalen magníficas muestras de arte gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico. Este grandioso templo de cinco naves de bóvedas estrelladas se levanta sobre sillares románicos y preciosistas muros de ladrillo.
La torre, el cimborrio y la techumbre de la catedral de Santa María de Mediavilla conforman el principal exponente del mudéjar turolense (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), junto a las torres de las iglesias del Salvador, San Martín y San Pedro. De planta cuadrada, la torre presenta tres cuerpos y un remate octogonal. El cimborrio, por su parte, es un octógono que presenta ventanales ajimezados con motivos renacentistas.
Esta catedral gótica es uno de los símbolos de la ciudad. Se encuentra en el lugar más elevado del cerro sobre el que se asentó la primitiva ciudad de Huesca. Construida entre los siglos XIII y XVI, ocupa el solar que anteriormente ocupaba la mezquita. En su interior, contempla su impresionante retablo mayor, esculpido en alabastro por Damián Forment en los inicios del siglo XVI. Junto con el ayuntamiento y otros edificios, la seo constituye el centro del recinto histórico de la ciudad.
La catedral de Santa María de la Huerta es una de las grandes joyas del patrimonio mudéjar de Aragón. Se realizó en estilo gótico francés, pero mantiene magníficos ejemplos de estilo mudéjar, entre ellos, un claustro gótico-mudéjar. Tras tres décadas de restauración, la catedral de Tarazona reabrió sus puertas en el año 2011 y hoy luce con todo su esplendor.
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