Mariana Flores Melo - Entre el bosque y una pequeña cala, así es uno de los hoteles más apetecibles de la Costa Brava

Tenemos las coordenadas de una de esas pequeñas calas de aspecto paradisiaco que todo el mundo busca en la Costa Brava. Pero tranquilos, no es la típica postal de Instagram en la que, si abrimos un poco el plano, se desvanece el truco.

La playa de Santa Cristina, cerca de Lloret de Mar, es preciosa, tranquila y un auténtico paraíso, sobre todo a primera o última hora del día. Allí, entre Punta des Canó y Punta de Llevant, el hotel Santa Marta se asoma a esta playa desde un fondoso bosque mediterráneo de pinos.

Inaugurado en 1958, el hotel mantiene un estilo sobrio y clásico que encaja perfectamente en el entorno. Actualizado y puesto al día con todo lujo de detalles -hablamos de un 5 estrellas- pero sin estridencias.

Igual que en la cocina el buen producto requiere de un trabajo sutil que no le reste protagonismo, aquí parece que el hotel quiera pasar casi de puntillas. Sin llamar la atención más de lo necesario en un lugar donde el auténtico lujo es despertarse allí.

Un pequeño camino desciende desde el edificio central del hotel donde se encuentran las habitaciones (77 y 3 suites) hasta la zona de la playa. Un agradable paseo que, de todos modos, también se puede hacer en un carrito que sube y baja cada poco tiempo. Se agradece, sobre todo, a la hora de volver.

Con acceso directo a la playa, la piscina, el jacuzzi y el jardín en esta zona es otro de los mejores argumentos del hotel. Sin duda, el lugar perfecto para disfrutar de un día de playa tranquilos desde las hamacas de este beach club ,que cuenta con hamacas, duchas, toallas, bar...

Aquí se encuentra también el restaurante SantaMar que, de nuevo, combina una localización de lujo junto al mar y a la sombra de los pinos con una cocina que sabe estar a la altura de semejante estampa mediterránea.

Producto, brasas y arroces son los tres pilares de esta apetecible terraza marinera y que, como el resto de espacios gastronómicos del hotel, se encarga de dirigir el chef Jesús Niño.

Cuando se cuenta con una localización de ensueño y un público que en su mayoría llega con ganas de moverse poco y disfrutar de la tranquilidad de la zona siempre existe el peligro de que la oferta gastronómica se relaje un poco.

Que cumpla, pero sin ganas de querer ir más allá, ¿Quién se va a acordar de la cena o del desayuno con estas vistas y en este paraíso? ¿Qué más da si en vez de excelente es sencillamente bueno?

Por suerte, aquí no han sucumbido a la tentación y, de hecho, la propuesta de su restaurante "58" fue una grata sorpresa. Lejos de acomodarse, Niño apuesta fuerte con platos como unos morros de bacalao con butifarra y garbanzos de plátano. Sensacionales, por ricos y tal vez también por inesperados.

Puntos de creatividad en una cocina clásica y de producto . Y perfectamente ejecutada con, por ejemplo, pescados muy bien tratados y postres como los crepes Suzette que, como dictan los cánones, se preparan en sala (en la terraza en este caso) con su correspondiente carrito.

El servicio atento y detallista -también con los pequeños- y una carta de vinos interesante y con precios sorprendentemente bien ajustados ayudan a rematar las buenas sensaciones de este restaurante. Esperábamos algo correcto y ha resultado ser una de las cenas más interesantes y agradables de este verano.

En definitiva, uno de esos hoteles que merecen un lugar destacado en la lista de lugares a los que, si la economía y la agenda lo permiten, escaparse unos días a eso que muchas veces menos se hace en vacaciones: descansar.



via Fuente

Entradas populares de este blog

Mariana Flores Melo - No te hagas fotos en el nuevo barrio de Nueva York: sus dueños tienen los derechos sobre cualquier imagen

Mariana Flores Melo - 10 balnearios al aire libre en España

Mariana Flores Melo - Los balnearios al aire libre más bonitos de España con aguas termales para mimar a tu cuerpo