Mariana Flores Melo - Un castillo medieval y un búnker de la Guerra Civil: así es uno de los lugares más curiosos de Aragón

En las inmediaciones de la ciudad de Huesca, concretamente en el municipio de Quicena, diferentes periodos de la historia de España convergen en un paisaje único. Sobre una colina, se alza el imponente Castillo de Montearagón, construido durante la Edad Media; y apenas a 200 metros de distancia se esconde nada más y nada menos que un búnker que data de la Guerra Civil española.

Un importante punto del poder económico y religioso

El Castillo de Montearagón fue construido en 1085 por orden del rey Sancho Ramírez, el segundo monarca de la Casa de Aragón. Esta obra se enmarca "dentro de la ofensiva del Reino de Aragón para la conquista de la ciudad musulmana de Wasqua (Huesca)", tal y como señalan desde el Ayuntamiento de Quicena.

El rey estableció en la fortaleza la Capilla Real de Aragón, convirtiéndola en un importante punto del poder económico y religioso en la zona, de hecho muchos de sus abades estuvieron vinculados con la casa real. Por ejemplo, entre ellos destacan el abad Fernando, hermano del rey Pedro II, que tuvo un papel esencial en la conquista de Valencia, y Alonso de Aragón, hijo de Fernando el Católico con su amante.

A lo largo de los años, el castillo y su iglesia se fueron reformando y adaptando a las nuevas estéticas. Por ejemplo, en 1735, el rey Felipe IV restauró el templo religioso con una estética barroca, aunque todavía se pueden apreciar algunas partes de la construcción original barroca y de la gótica del siglo XV.

Huellas de la Guerra Civil

Ya en el siglo XIX, la fortaleza sufrió un incendio y el expolio de materiales como piedra o madera, de modo que a finales de siglo el Estado intervino para su reparación. De hecho, en 1931 fue declarado Monumento Nacional. Poco después, estalló la Guerra Civil española y el castillo "fue línea de frente durante varios meses, siendo bombardeado varias veces", explican. Así, se produjo el sitio de Montearagón, "un bloqueo de las tropas franquistas en el castillo oscense que duró 30 días".

Es por ello que junto a la construcción medieval podemos encontrar huellas del conflicto armado. Por ejemplo, incrustado en una roca en una posición estratégica nos encontramos con un auténtico búnker de defensa y vigilancia, ya que desde este punto escondido se podían observar todos los alrededores a la perfección.

Cómo llegar a Quicena

El trayecto entre la ciudad de Huesca y Quicena es de solo 12 minutos por el Paseo de Ramón y Cajal. Desde Zaragoza asciende a 1 hora por la A-23. Una vez allí, el castillo se encuentra a solo 5 minutos por la Travesía Castillo de Montearagón. En estos momentos, el interior no se puede visitar, pero podemos contemplar su imponente estructura desde afuera, así como descubrir el búnker de camino a la fortaleza.

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