Mariana Flores Melo - La iglesia de un pueblo de Jaén con una bóveda subterránea atravesada por un río
El precioso pueblo de Cazorla se enclava dentro del mayor espacio protegido de España y uno de los más extensos de Europa: el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Además de por ese maravilloso entorno natural, la localidad destaca por su blanco caserío y sus imponentes monumentos como el Castillo de la Yedra.
Otro de los edificios que llaman la atención es la Iglesia de Santa María, o más bien sus ruinas. Pero lo que no muchos saben es que bajo ella se encuentra un curioso secreto que también se puede visitar: una bóveda subterránea por donde pasa un río soterrado.
Un obra renacentista
No se sabe con exactitud la fecha de su construcción, pero lo más probable es que se levantase durante el siglo XVI. Su estilo es renacentista y la portada que mira hacia la calle de la Hoz es una réplica casi exacta de la que se puede ver en la Iglesia de San Miguel de Jaén.
Originalmente, el templo estaba estructurado con una planta de salón con tres naves que presentan un ábside en la cabecera y una cúpula que se elevaba sobre el crucero. Además, la iglesia se edificó sobre el propio río Cerezuelo, lo que obligó a canalizarlo previamente. Esto supuso que se construyera una bóveda por donde pasaría el río soterrado.
Pero esta obra de ingeniería condujo a su propio final, y es que en 1694 el río se desbordó a causa de una tormenta y destruyó gran parte del templo. Las bóvedas colapsaron, los retablos quedaron destrozados y muchos elementos de ornamentación fueron arrastrados al exterior.
Uno de los lugares más visitados de Cazorla
A pesar de su estado, la Iglesia de Santa María es uno de los puntos más visitados del pueblo. En esas ruinas aún se pueden apreciar algunos rasgos de su arquitectura renacentista, como la bóveda del interior de la torre, en la capilla de San Cristobalón; la bóveda de casetones sobre el ábside y altar mayor; la portada de la fachada norte, abierta hacia la Plaza de Santa María; la portada de la fachada suroeste, con un arco de medio punto, y la capilla de la sacristía con su escalera de caracol.
Además, también se puede visitar la bóveda subterránea por donde pasa el río. Esta se ubica bajo el altar mayor y atraviesa toda la iglesia para continuar su curso bajo la Plaza de Santa María uniendo arquitectura y naturaleza. Presenta una estructura de medio cañón, muy compacta y adaptada a los desniveles del curso del agua.
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