Mariana Flores Melo - El cementerio de trenes antiguos que arrasa entre los turistas
La ciudad boliviana de Uyuni puede presumir de contar en sus alrededores con una de las joyas naturales más impresionantes de todo el mundo, el Salar de Uyuni, la salina más grande del planeta. Pero a las afueras de esta localidad, nos encontramos con otro lugar que también ha llamado mucho la atención de los turistas: un cementerio de trenes.
La primera línea de ferrocarril Bolivia
La primera línea de ferrocarril de toda Bolivia, abierta a finales del siglo XIX, comunicaba la ciudad de Uyuni con Antofagasta, una urbe costera en Chile. Durante mucho tiempo, el proyecto funcionó con gran éxito y los ferrocarriles recorrieron las vías cargados de minerales como nitrato de sodio, oro, plata, cobre y estaño. Así, Uyuni se convirtió en un importante punto en esta industria.
Sin embargo, alrededor de 1940, la industria minera local quebró y muchas instalaciones fueron abandonadas. Ante esta panorámica, la mayoría de los ferrocarriles dejaron de ser útiles, de modo que también fueron abandonados.
Un imán para los turistas
Muchos de esos vagones y locomotoras fueron dejados a su suerte a las afueras de la ciudad de Uyuni, dando como resultado un verdadero cementerio de trenes antiguos. Alrededor de cien ferrocarriles yacen oxidados en esta zona desértica, a merced del paso del tiempo y de las inclemencias de tiempo.
A pesar del aspecto tétrico del lugar, este "cementerio" se ha convertido en un popular punto turístico en Uyuni, un objetivo muy buscado por las cámaras fotográficas. La mayoría de los visitantes llegan a la ciudad para contemplar la belleza del salar, pero son atraídos también por el magnetismo de esta suerte de museo al aire libre. Los curiosos que lleguen hasta el lugar no solo podrán ver estos ferrocarriles desde afuera, sino también entrar en ellos y viajar en el tiempo hasta su época de apogeo.
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