Mariana Flores Melo - La isla española sin habitantes, con una playa paradisíaca y una legendaria sirena de piedra

El Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas es una de las joyas turísticas de Galicia. Las islas Cíes y la isla de Ons son las más conocidas. Sin embargo, hay otros lugares con menos turistas y con encantos únicos. Uno de ellos es la isla de Sálvora, una ínsula paradisíaca, con mucha historia, una sirena legendaria parecida a la de Copenhague y que solo se puede visitar desde hace solo 12 años.

Sálvora es la isla principal de un archipiélago que lleva el mismo nombre y que incluye islotes como los de Vionta, Noro y Sagres. Tiene 190 hectáreas de extensión y se sitúa en la bocana de la ría de Arousa. Eso sí, no pertenece a la localidad de Vilagarcía de Arousa, sino al municipio de Ribeira (A Coruña).

En la actualidad, en este paraje natural rocoso con playas de arena fina y blanca no vive nadie. Pero estuvo habitado hasta finales del siglo XX, ya que fue de índole privada durante varios siglos. Su historia y leyendas se pueden conocer in situ gracias a los viajes con rutas guiadas que organizan empresas y navieras de la zona.

De refugio de piratas a tener una aldea agrícola

La ubicación geográfica de la isla, a solo tres kilómetros de tierra, la convirtió en un lugar de refugio recurrente para piratas y corsarios en la Edad Media. En el año 899 el rey Alfonso II la donó al Cabildo Catedralicio de Santiago y en los siglos posteriores sería codiciada por los nobles de la época. Tal y como señalan desde la naviera 'Piratas de Nabia', desde el siglo XVI la isla siguió en manos privadas, pero en lugar de la iglesia fue propiedad de la familia Mariño, los cuales en 1820 se unirían en nupcias a la familia Otero Goyanes, quienes serían los propietarios hasta el año 1904.

Vecinos del pueblo de Carreira crearon allí terrenos de cultivo y pagaban parte a los nobles propietarios. Hubo alrededor de 60 personas viviendo y trabajando en Sálvora. En 1770, el empresario coruñés Jerónimo de Hijosa construyó una fábrica de secado y salazón de pescado. Este edificio hoy se ha restaurado y se ha convertido en pazo.

Tras pasar a los dominios del Estado en 1904, la familia Otero Goyanes recuperó la propiedad en 1958 e hizo renovaciones: levantaron un faro, una taberna, reformaron el pazo e instalaron una estatua de una sirena. Sin embargo, las familias fueron abandonando progresivamente el asentamiento en el siglo XX hasta que solo quedó Julio Vilches, el farero que se jubiló en agosto de 2017 aunque ejerció sus labores en remoto desde 1997, tal y como señala Turismo de Galicia.

En el año 2007, Sálvora fue adquirida por el Ministerio de Medio Ambiente, que hizo efectivo su derecho de tanteo y la compro por 8,5 millones de euros a Francisco de Borja Otero Zulueta de Reales, marqués de Revilla por aquel entonces. En 2010 reabrió para que el público pueda conocer todos sus secretos.

Tres playas espectaculares, pero solo una visitable

La reserva natural de Sálvora alberga tres playas de arena blanca y fina. No obstante, solo una de ellas es visitable. Eso sí, es un arenal espectacular.

Nos referimos a la playa del Almacén ('praia do Almacén' en gallego). Su arena es muy fina, su agua cristalina y el entorno está plagado de belleza: está flanqueada en un lado por la escultura de la sirena de Sálvora y en el otro por la antigua fábrica de salazón, pazo remodelado en la actualidad. Sin duda alguna, un lugar ideal para bañarse y disfrutar del nítido fondo marino con las gafas de buceo.

Los monumentos de Sálvora

En la playa del Almacén se atisba la imponente arquitectura del Pazo Residencial de Sálvora, la antigua fábrica de secado y salazón de pescado. En 1958 se convirtió en pazo. Hoy en día se puede visitar su interior, ya que funciona como museo de la isla. Además, a su lado se encuentra la capilla de Santa Catalina. Esta era una antigua taberna para marineros hasta que en 1960 se transformó en edificio religioso.

En tercer lugar, la aldea abandonada de la isla es otro de sus rincones imprescindibles. En ella vivieron alrededor de 60 personas. Constaba de ocho casas, una plaza y dos fuentes de agua potable. Para conocer su historia es necesario hacer la ruta con un guía.

Asimismo, no puede faltar en la ruta el faro de Sálvora. Se encuentra al sur, concretamente en la punta Besugueiros. Se comenzó a construir en 1847 y cuenta con una torre octogonal con forma de U.

La leyenda de la sirena

En 1956, Joaquín Otero Goyanes, marqués de Revilla y descendiente de los Mariño (expropietarios de la isla), mandó construir esta sirena de piedra en una de las esquinas de la playa del Almacén. Se llama Mariña y su origen tiene que ver con la leyenda de la familia Mariño.

La fábula señala que el caballero francés Don Froilaz decidió retirarse en la isla y llegó a Sálvora (aunque hay versiones en las que se le conoce como Roldán, un soldado herido que naufragó en la zona). En la playa se encontró con una sirena muda de la que se enamoró. Tuvieron un hijo al que llamaron Mariño, e incluso Froilaz se las ingenió para simular que se le caía el pequeño en la hoguera de San Juan con el finde de dar un susto a la sirena y así hacer que recuperase el habla. Lo consiguió con este curioso método.

Cómo llegar a Sálvora

Varias navieras ofrecen el transporte a la isla y también visitas guiadas, pero los viajes se suelen producir en verano, a partir del 1 de julio y hasta mediados de septiembre. Las salidas suelen ser desde O Grove, Santa Eugenia de Ribeira, Portonovo y Sanxenxo. Cruceros do Ulla, Piratas de Nabia y Cruceros Rías Baixas son algunas de las empresas especializadas en la zona.



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