Mariana Flores Melo - Cómo son y cuánto cuestan los vuelos de gravedad cero para flotar en el espacio

¿Le apetece ser astronauta por un día, flotar libremente en el espacio como si estuviera en la Luna o en la Estación Espacial Internacional? Es posible, y no es necesario ser astronauta de la NASA o tan millonario como Richard Branson, Jeff Bezos o Dennis Tito y desembolsar cifras astronómicas (nunca mejor dicho) por convertirse en turista espacial.

Compañías como la estadounidense Zero Gravity Corporation ofrecen a los aspirantes a turistas espaciales la oportunidad de experimentar la gravedad cero en vuelos a bordo de un Boeing 727 modificado con ese fin. La francesa Airbus Zero G de Novespace, por su parte, lo hace en modelos Airbus desde Burdeos. La mecánica de embarcar para uno de estos vuelos es igual que cuando se viaja en un avión normal de pasajeros: se llega al aeropuerto y se pasa el control de seguridad, pero todo cambia al subir al interior del avión, con una de las zonas de la cabina despejada y acolchada.

El interior del avión cuenta con una zona de la cabina despejada y acolchada para mitigar el impacto de la vuelta a la gravedad normal

Cómo se logra la gravedad cero

Para lograr la gravedad cero en el interior del avión, el aparato sube a gran velocidad y con mucha inclinación vertical hasta unos ocho kilómetros de altura para acto seguido trazar una parábola y emprender un descenso igual de rápido y vertiginoso. Durante el trayecto en la curva de la parábola se produce en la cabina el estado de ingravidez y los pasajeros flotan en el aire durante aproximadamente un minuto. El acolchado ayuda a amortiguar la vuelta a la gravedad.

En el denominado G-Force One de Zero Gravity Corporation, los pasajeros inician el vuelo sentados en la parte trasera y tienen toda la cabina del pasaje para flotar durante las hasta quince parábolas que hacen sentir el efecto de ingravidez “tal cual como si estuvieras en el espacio”, según dicen algunos antiguos astronautas que han volado en el avión. A lo largo de las cinco horas de duración del vuelo, los pasajeros ataviados con trajes especiales experimentan un total de siete a ocho minutos de ingravidez por el precio de unos ocho mil euros por pasajero.

El precio de estos billetes Zero-G se alejan bastante de lo que piden por sus vuelos espaciales compañías como Virgin Galactic, del británico Richard Branson, y Blue Origin, de Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Ambos multimillonarios se dieron el placer de hacer turismo espacial en 2021. Según medios especializados, Virgin Galactic, que con su nave Unity ha llegado hasta unos 80 kilómetros de altura, es decir, a las “fronteras” del espacio exterior, cobra a cada pasajero unos 450.000 euros por viaje, y un comprador anónimo desembolsó 28 millones de dólares por estar en el vuelo inaugural del New Shepard junto a Bezos, que llegó a unos 100 kilómetros de altura. El empresario estadounidense Dennis Tito pagó en 2001 unos 20 millones de dólares por viajar a bordo de una nave rusa Soyuz y pasar siete días orbitando la Tierra dentro de la Estación Espacial Internacional.

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