Mariana Flores Melo - Siete de los pueblos más bonitos de España están en Castilla-La Mancha: castillos medievales y casas con encanto
Historia, paisajes y un incomparable patrimonio cultural se dan cita en una de las regiones más extensas de nuestro país, Castilla-La Mancha. Esta comunidad cuenta con numerosos pueblos y ciudades llenos de encanto, pero siete de ellos, además, forman parte de la lista oficial de la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Alcalá del Júcar, Almagro, Atienza, Hita, Pastrana, Valverde de los Arroyos y Villanueva de los Infantes son los municipios que poseen este reconocimiento.
¿La razón? Cada uno de estos municipios tiene su propia personalidad y son una muestra de la riqueza cultural y paisajística de Castilla-La Mancha. No es de extrañar, por tanto, que sean destinos habituales en la ruta de los turistas que visitan la zona y, cada año, atraigan a numerosos curiosos, encantados con la idea de conocerlos y recorrer sus calles.
Alcalá del Júcar (Albacete)
Alcalá del Júcar es un pueblo situado en la provincia de Albacete, conocido por su impresionante castillo y sus casas colgantes, excavadas en la montaña, que se asoman al río y resultan uno de los elementos más representativos de su paisaje circundante. Se trata de un municipio que en 1986 obtuvo el tercer premio, después de la Torre Eiffel y la Gran Mezquita de Estambul, a la mejor iluminación artística. A raíz de esta mención, el pueblo aumentó su turismo de manera considerable.
Almagro (Ciudad Real)
En los siglos XVI y XVII, Almagro alcanza su máximo esplendor, después de que se asentaran familias ricas procedentes de toda Europa atraídas por las ferias y los negocios que podían hacerse. Las mismas construyeron espléndidas mansiones de aire palaciego que todavía se conservan. Su castillo medieval, situado en la cima de una colina, y su plaza mayor, que alberga el Corral de Comedias (uno de los teatros más antiguos de Europa) son otros de sus muchos atractivos.
Atienza (Guadalajara)
Atienza es un pequeño pueblo en la provincia de Guadalajara, que cuenta con un imponente castillo medieval y una muralla que rodea el casco histórico. La localidad es un cruce de rutas importantes: la del Cid, la del Románico Rural y la del Quijote, por lo que cuenta con numerosas construcciones históricas que merece la pena visitar. El castillo medieval, las murallas, la Plaza del Trigo, la iglesia de San Juan Bautista o el museo de la Santísima Trinidad son algunas de ellas.
Hita (Guadalajara)
Hita, también en Guadalajara, es conocida por su bien conservado conjunto medieval, con su iglesia de San Juan y su castillo del siglo XV. Se trata de un pueblo repleto de cultura, puesto que bajo dominio musulmán se estableció una fortaleza en la cima de un cerro y tiempo después, una importante judería en el pueblo. Allí, además, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, escribió el Libro de Buen Amor, conocido a nivel internacional.
Pastrana (Guadalajara)
Tuvo su auge entre los siglos XVI y XVII y aún conserva edificios de un gran valor histórico y cultural, como el Palacio Ducal, donde residió la princesa de Éboli, o la colegiata. Pastrana, en la provincia de Guadalajara, es un pueblo lleno de historia y patrimonio, considerado la capital de la Alcarria, que cuenta con dos fiestas de Interés Turístico Provincial: Los Mayos y la Festividad Ducal, ambas repletas de actividades.
Valverde de los Arroyos
Valverde de los Arroyos, en la provincia de Guadalajara, es un pueblo de montaña rodeado de naturaleza, con casas de piedra y calles empinadas. Pertenece a la zona de la Arquitectura Negra y de ahí el encanto de sus casas, construidas y adornadas a partir de la icónica pizarra. Además de ser uno de los municipios de la ruta de Los Pueblos Negros, destacan sus fiestas de la Octava del Corpus, declaradas de interés turístico.
Villanueva de los Infantes
Villanueva de los Infantes, en la provincia de Ciudad Real, es un pueblo con una rica historia y patrimonio, con monumentos como la iglesia de San Andrés, el convento de Santo Domingo o la casa-museo de Francisco de Quevedo. Declarado Monumento Histórico-Artístico desde 1974, es el más importante conjunto representativo del barroco y del renacimiento manchego, capital del Campo de Montiel y origen del Quijote.
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