Mariana Flores Melo - La cascada de 50 metros de altura considera la más bonita de Salamanca
El curso del río de las Uces se ve interrumpido por una gran caída a su paso por los términos municipales de Masueco y Pereña de la Ribera. El resultado es el impresionante Pozo de los Humos, un salto de agua que alcanza los 50 metros de altura y que nos regala un paisaje inolvidable al norte de la provincia de Salamanca.
Un regalo de la naturaleza
Con un salto al vacío desde los 50 metros de altura, las aguas del río Uces se precipitan con estruendo creando una cortina blanca. Es tal la caída y el impacto del agua que a su alrededor asciende una nube de vapor, como un humo que cubre por completo la base, de ahí el llamativo nombre de la cascada.
Un saliente de roca divide en dos la caída, dejando a un lado y con mayor caudal al Pozo de los Humos y, al otro, al Pozo de las Vacas. Este segundo debe su nombre a una leyenda que explica que un carro tirado por este animal se despeñó desde allí cuando trasportaba trigo a un molino cercano. En definitiva, es todo un espectáculo de la naturaleza dentro del Parque Natural de Arribes del Duero.
¿Cómo llegar al Pozo de los Humos?
El mejor momento para visitar este precioso lugar envuelto en desfiladeros y abundante vegetación es durante la época de lluvias o después de un episodio de aguacero intenso, ya que el río estará en su máximo caudal. Además, las rutas hasta allí son fácil y aptas para todos los niveles.
Si salimos desde el pueblo de Masueco, tendremos que recorrer un sendero de 3 kilómetros (alrededor de una hora de camino). Desde la villa, y todavía en coche, deberemos seguir las indicaciones que nos conducen hasta el aparcamiento desde donde parte la ruta. A partir de ahí caminaremos por una pista que va descendiendo y nos llevará hasta varios miradores donde podremos observar el salto de agua desde diferentes perspectivas.
Por otra parte, si salimos desde el pueblo de Pereña de la Ribera recorreremos 4 kilómetros (alrededor de 1 hora y media). De igual manera, partiremos de la población en coche hasta el aparcamiento correspondiente y desde allí caminaremos hasta llegar a un precipicio. En esta ocasión, la panorámica de la cascada es más lejana, pero se puede admirar en todo su esplendor.
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