Mariana Flores Melo - El pueblo con 400 bodegas subterráneas que inspiró a Gaudí
La comarca del Cerrato palentino acoge una localidad de pequeño tamaño pero infinitas sorpresas. El pueblo de Baltanás se extiende a las faldas de una suave colina, en cuya cima se levantaba una fortaleza medieval de la cual ya no quedan restos. En su lugar, ahora encontramos un conjunto de bodegas subterráneas, excavadas en el propio cerro, que lograron inspirar al mismísimo Gaudí para el diseño de uno de sus edificios más icónicos.
Un rico y valioso patrimonio
Los orígenes de Baltanás no están del todo claros. Lo más probable es que a la llegada de las legiones romanas a la Meseta Norte, ya existiera un castro vacceo en la colina. Durante las épocas sucesivas, la localidad fue creciendo en tamaño e importancia, y se fueron construyendo sus monumentos más representativos.
En la zona más elevada del pueblo, se encuentra la iglesia de San Millán. Presenta un estilo renacentista y su torre se levantó en el siglo XVI. Por otro lado, también destaca el Palacio-Hospital de Santo Tomás, un magnífico edificio del siglo XVIII con una espectacular fachada barroca. Junto con otras dos edificaciones aledañas de estilo modernista, el convento alberga el Museo del Cerrato.
A todo ello se suman históricas casas solariegas, como la conocida como Cuartel Viejo (siglo XVIII) o la que acoge la Casa de la Cultura de Baltanás. Ya en las afueras del pueblo, nos topamos con la ermita de Nuestra Señora de la Virgen de Revilla y la ermita de San Gregorio.
El legado del vino
Uno de los puntos más destacados de Baltanás es su impresionante conjunto de bodegas de vino que se adentran en las entrañas de la tierra. Muchas de ellas se construyeron en el siglo XVI y, actualmente, se conservan alrededor de 374, excavadas hasta en seis niveles. Estas no solo representan un patrimonio cultural etnográfico muy valioso, sino que en ellas se siguen utilizando las antiguas técnicas de fabricación y conservación del vino con denominación de origen Arlanza.
El conjunto de bodegas se extiende como un barrio más del pueblo, con sus calles, fachadas, puertas y chimeneas. De hecho, según algunos estudios, esas chimeneas inspiraron al propio Gaudí para diseñar las de La Pedrera.
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