Mariana Flores Melo - Qué ver en China en 15 días o menos

China no se parece a ningún otro lugar del mundo. Y lo que encontrarás en este país, tampoco. Atracciones tan impresionantes como la Gran Muralla, las cuevas de Maijishan o los Guerreros de Xi’an. De las grandes ciudades futuristas a las pequeñas aldeas, el gigante asiático es realmente fascinante.

Las dos caras de Pekín

En la capital china conviven parques con templos sagrados, diseñados con una arquitectura delicada, donde solo reina la serenidad y silencio. Y a la vez, atascos, rascacielos e incluso edificios extravagantes. La ciudad es un cruce entre modernidad y tradición. De este pasado milenario de Pekín, hay visitas que no te puedes pasar por alto, como la Ciudad Prohibida y el Palacio. Y por supuesto, las Tumbas Ming, donde se encuentran enterrados 13 emperadores de esta popular dinastía. Otros lugares imprescindibles son la plaza de Tiananmen y el Mausoleo de Mao (donde se encuentra el cuerpo del líder chino momificado).

Acércate hasta el Salón de Oración por las Buenas Cosechas, en el sur de la ciudad de Pekín. Un pabellón circular de 32 metros de diámetro y 38 metros de altura, que reposa sobre una gran plataforma redonda de mármol blanco. Forma parte del Templo del Cielo, un conjunto de edificios religiosos construidos en 1420. Es una representación del pensamiento confucionista que consideraba al Emperador de China un intermediario entre el Cielo y la Tierra.

La Gran Muralla, del Norte del país al Mar de China

No se puede viajar a China sin recorrer parte de su muralla. Si el país es enorme, su muralla también. Puedes visitarla en alguno de los tramos por los que pasan sus 6.000 Km. Algunos de los más populares son los que se encuentran cerca de Pekín, como el de Badaling es un tramo muy turístico porque es uno de los más cercanos a Pekín (a 70 kilómetros). También es uno de los más restaurados. Esta fue la primera zona de la gran muralla que se abrió a los turistas en 1957, y aunque la vista desde ella es impresionante, lo cierto es que suelen sobrar turistas.

Todo lo contrario sucede en el de Jiankou (a 80 kilómetros de Pekín). Aquí los amantes de la aventura tienen un escenario hecho a su medida y casi para ellos solos: no se ha restaurado desde que se construyó 1368. Hay que estar en buenas condiciones físicas para recorrer los 20 kilómetros de esta parte de la muralla.

Xi’an y el ejército de terracota

Descubierto en 1974, este ejército mundialmente famoso es simplemente extraordinario. Se encuentra a más o menos una hora en coche de la ciudad de Xi'an, en el centro del país. El objetivo es disfrutar de un espectáculo único: 8.000 estatuas de soldados y caballos en tamaño real custodiando el mausoleo de Qin, el primer emperador de China. Cada uno de ellos es único y está esculpido a partir de soldados reales.

Y ya en Xi'an no te pierdas el barrio musulmán, su mercado y la Gran Mezquita, una de las más antiguas y mejor conservadas de China. En este templo podrás apreciar la combinación de la arquitectura musulmana y china. Y por supuesto, disfruta de todos los encantos de esta ciudad histórica que fue un punto clave de la ruta de la Seda y una de las antiguas capitales de China allá por el 220 a.C.

Las cueva de Maijishan

Es el cuarto complejo más grande de arte rupestre budista en China y uno de los lugares más impactantes que puedes visitar no solo en China, también en el mundo. Una inquietante colina que alberga 194 grutas, cerca de 7.000 estatuas y 1.300 metros cuadrados de pinturas murales. Para acceder a las distintas cuevas del complejo religioso hay que subir por unas plataformas y escaleras vertiginosas en un recorrido no apto para cardíacos.

Lijiang, una ciudad de cuento

No te costará nada enamorarte de Lijiang, una de las cuatro ciudades antiguas mejor conservadas de China. Situada en el suroeste, en medio de un paraje espectacular, en esta ciudad te encontrarás con impresionantes montañas heladas, lagos con jardines, edificios históricos y palacios. Un sin fin de maravillas que parecen sacadas de una postal. Y sin duda, el lugar con más encanto: el casco antiguo, atravesado por canales y puentes, está considerado Patrimonio de la Humanidad.

Además de pasear por la ciudad vieja y descubrir los pintorescos callejones adornados con farolillos de colores, no te pierdas el Palacio de Mu (al suroeste del Old Town) y el Black Dragon Pool, un parque con un estanque de auténtica fantasía.

Blue Moon Valley

Si la ciudad de Lijiang es bonita, las montañas y paisaje que la rodean lo son aún más. Apunta este lugar en tu ruta y seguro se convertirá en uno de los lugares que más te impactarán de tu viaje a China. El maravilloso Valle de la Luna Azul (Blue Moon Valley) recibe este nombre porque tiene forma de media luna y el agua se ve azul en los días soleados. En la zona hay también cascadas y lagos en tono azul intenso.

Los arrozales de Guilin

Pocos sitios hay más fascinantes. Para disfrutar del increíble paisaje de los arrozales de Guilin existen varios miradores a los que se puede acceder en teleférico o haciendo treking. Lo que tendrás ante tu vista son montañas e inmensos campos de arroz. Si te adentras en la zona puedes encontrarte fácilmente con alguna cascadas y puentes de madera, e incluso con los campesinos trabajando en sus labores diarias. Respirarás pura naturaleza y un ambiente de paz como en ningún otro lugar del mundo.

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