Mariana Flores Melo - El espectacular hotel checo de montaña donde duermes en una antena de televisión

En el año 1966 un pequeño hotel de montaña en la cima del Monte Jested, en norte de la República Checa, tenía los días contados y las noches canceladas. Se convocaba un concurso para levantar un nuevo hotel, pero el requisito imprescindible era que el arquitecto ganador debía proyectar también una gran antena de radio-televisión que modernizara tecnológicamente la comarca de Liberec.

En 1969 la Torre Jested recibió el Premio Perret de la Unión Internacional de Arquitectos

Proyecto sensacional

Karel Hubáček contaba entonces 42 años y tenía mucha experiencia y la ambición creativa de los años 60. Su proyecto causó sensación entre el jurado: no haría dos diseños sino uno y en el propio hotel instalaría la gran antena. La obra duró siete años y finalizó en 1973, pero antes de ser acabada, en 1969 Hubácek ganaba el Premio Perret otorgado por la Unión Internacional de Arquitectos. Años después comenzaba el siglo XXI con el reconocimiento de ser el más influyente arquitecto checo y su torre-hotel-antena la obra civil más emblemática de Chequia.

Mirador al valle de Liberec

En 1973, tras su apertura, el Hotel Jested se convirtió en símbolo de Liberec, y su silueta casi extraterrestre preside el horizonte a 1.012 metros de altitud. Antojo solo al alcance de unos pocos pues solo dispone de doce habitaciones con baño y otras diez con baños compartidos. Eso sí, todas disfrutan de habitaciones redondeadas y vistas únicas al valle de Liberec.

En invierno los esquiadores tienen aquí un paraje fascinante no solo por la espectacularidad del hotel y su emplazamiento sino por las pistas cercanas, con el teleférico Jested a cinco minutos a pie, y la sensación de disfrutar de un après ski en las nubes. Las rutas de senderismo y de ciclismo son otra de las alternativas para los amantes de la montaña y el hotel ofrece depósito para equipajes y aparcamiento gratuito.

Estilo retro de los 70

De categoría 4 estrellas, el Jested es un fabuloso hotel cuyo interior, ultramoderno en la época de su construcción, continúa fascinando a los huéspedes por su singularidad, ya convertida en estilo retro. El restaurante del hotel, además de su impactante peculiaridad arquitectónica y decorativa, o de sus vistas pintadas de infinito, ofrece una gastronomía cuidada. Desayunos completos presentados en buffet, un menú rápido para el almuerzo y cocina elaborada para las noches. Platos centroeuropeos con recetas checas de alta calidad y una más que buena carta de vinos.

Sin duda un viaje retro a la fantasía de los años 70 y un lugar muy especial para admirar también la exuberante naturaleza de la región de Bohemia del Norte, con amplias ofertas culturales, museos y monumentos históricos. https://ift.tt/gXGP4yr

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