Mariana Flores Melo - Los pueblos fantasma españoles que emergieron tras ser sepultados bajo las aguas

En España existen multitud de lugares marcados por trágicas historias que no deben caer en el olvido. Algunos de ellos son pueblos fantasma en los que sus habitantes tuvieron que desalojar el municipio tras ser sepultado bajo las aguas. Estas son sus historias.

Ribadelago (Zamora)

Tras la rotura de la presa de Vega de Tera el municipio se inundó por completo. Sus edificaciones quedaron destruidas por el agua y más de 100 personas perdieron la vida en la madrugada del 9 de enero de 1959. Actualmente, la población se divide en dos asentamientos, el pueblo nuevo, con 104 habitantes, y el pueblo antiguo, con 37 habitantes.

Granadilla (Cáceres)

A mediados del siglo XX, tras la construcción del embalse de Gabriel y Galán, que nunca se llegó a llenar, este pueblo situado al norte de Cáceres tuvo que ser desalojado por sus habitantes. En 1980, la villa fue declarada Conjunto histórico-artístico y cuatro años después, en 1984, elegida para su inclusión en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados logrando la rehabilitación y recuperación de Granadilla.

San Román de Sau (Barcelona)

Está situado en el municipio de Vilanova de Sau, en la provincia de Barcelona. Este pueblo fantasma se inundó tras la construcción de un embalse que hizo que el pueblo se inundara en el año 1949. Si viajas hasta él, descubrirás que lo único que se mantiene en pie es la Iglesia de San Román de Sau. De estilo romántico, cuenta con un campanario de tres pisos.

Lanuza (Huesca)

Lo encontrarás en el Valle del Tena, en la provincia de Huesca. Este municipio fue rescatado por sus propios habitantes y renació para convertirse en un centro turístico. Durante los años 70, la construcción del embalse forzó el despoblamiento del municipio logrando que quedara deshabitado en 1978. Pasados los años, en los 90, los antiguos pobladores lograron recuperar las propiedades no sumergidas iniciando un proceso de revitalización.

Aceredo (Ourense)

En el municipio de Lobios, en Ourense, descubrirás el pueblo fantasma de Aceredo. Hace 30 años que el lugar quedó sumergido bajo las aguas tras la construcción del embalse de Lindoso, en Portugal. Actualmente, esta aldea ourensana se ha convertido en una atracción turística. Tras la ausencia de lluvias, la sequía permite que se vuelva a pasear por las calles que un día quedaron sepultadas bajo las aguas.



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