Mariana Flores Melo - Un hotel del que te enamorarás enel corazón de Viena
Un encuentro genuino entre historia y modernidad. Es lo que representa el hotel Ambassador, situado en una de las mejores zonas del centro de Viena. Bajo el lema The place to be – the place to live!, el alojamiento despliega sus servicios para dar el máximo confort y hospitalidad sin dejar de lado el lado cultural tan importante en la capital europea.
Su ubicación, en pleno centro de la ciudad, permite descubrir esta metrópoli vanguardista desde la famosa calle comercial Kärntner Straße, rodeada de numerosas atracciones turísticas como la Catedral de San Esteban, la Ópera Estatal de Viena y el Palacio Imperial de Hofburg.
Elegancia y lujo
Alojarse en el Ambassador es vivir una experiencia única: la de un hotel de primer nivel que, además, muestra desde sus ventanas la magia de una de las ciudades más bonitas y genuinas del mundo.
De puertas para dentro ofrece un entorno elegante y sofisticado, con su integridad histórica totalmente conservada, combinada con la última innovación para satisfacer las exigencias más altas. Con 150 años de historia a sus espaldas, cuenta con una tradición que se ha moldeado a través de los años para dar lugar a un entorno único.
A la hora de recorrer la ciudad, este hotel es también el lugar ideal: gracias a su inmejorable ubicación, desde él podrás llegar a cualquier punto de Viena de forma rápida y sencilla.
Un hotel con historia
Los 150 años del hotel Ambassador reflejan el desarrollo histórico y urbano del centro de la ciudad de Viena. Es observable desde la plaza en la que se encuentra y su propio edificio, que forman parte de un pasado cargado de eventos históricos y un emocionante presente.
Cada una de sus habitaciones es, además, una joya en sí misma: amplias y lujosas, ofrecen elegancia y estilo para los huéspedes más sibaritas. Cada una de ellas, dentro de sus cinco categorías, resalta a su manera el encanto del edificio.
La magia vienesa
Visitar Viena y el resto de Austria supone descubrir un nuevo grado de cultura, inspiración y secretos históricos. Sin salir de la capital, es posible descubrir el arte más exquisito y la rica y cuidada arquitectura de una de las ciudades más bonitas y elegantes de Europa.
Para muestras, lugares como el Palacio de Schönbrunn, antigua residencia de verano de los Habsburgo y una de las construcciones barrocas más hermosas del viejo continente; y el KHM, o lo que es lo mismo, el museo de la Historia del Arte de Viena, que impone desde un primer vistazo a su exterior en plena Plaza de María Teresa en Ringstraße. Una vez se cruza su puerta, la escalinata que Gottfried Fliedl describiría como “una auto representación de la burguesía” invita al visitante a sumergirse en una nutrida selección de obras de arte que abarcan cinco milenios de creación y que incluyen a nombres tan importantes como Rubens, Rembrandt o Dürer, expuestos en ricos salones.
El arte no solo está presente en estos espacios: también se deja sentir en cada una de las calles de la capital de Austria.
Entre sus habitantes es común, por ejemplo, dejarse ver en alguna de sus famosas cafeterías, un plan tan extendido como espléndido y que muestra la cara más local de la ciudad.
El olor a café invade cada una de las esquinas de estos locales, en los que es imprescindible saborear un buen espresso recién hecho mientras desconectas sobre una de sus mesas de mármol, recostándote en uno de los sofás tapizados que suelen vestir cualquier cafetería vienesa. Este placer adquiere en esta ciudad un sentido único.
Descubrir Viena es sumergirse en el corazón más artístico y elegante de Austria, respirar un ambiente único y descubrir siglos y siglos de talento, gusto e historia. La ciudad es un lujo en sí misma, y el Hotel Ambassador permite vivirla desde un nivel todavía más exquisito.
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