Mariana Flores Melo - La ruta de 5 días por los lugares mágicos de la Bretaña francesa: de Rennes a Josselin

La Bretaña francesa es uno de las zonas más bonitas y mágicas del país, repleta de idílicos pueblos y bonitas ciudades que bien merecen una visita. Una buena manera de recorrerla es a través de esta ruta de cinco días, que nos adentra en los lugares más espectaculares de la región.

Día 1: Rennes

Toda ruta por la Bretaña francesa debe empezar por la ciudad de Rennes. Su precioso casco antiguo nos ofrece un paseo por siglos de historia y arte, con la catedral de Saint Pierre como elemento principal. A ella se unen calles empedradas, casas medievales y renacentistas y edificios de estilo clásico, sin olvidar la plaza de Champ-Jacquet, la del Ayuntamiento, el Parlamento de Bretaña y el jardín de Thabor.

Día 2: Cancale y Dinan

El segundo día nos dirigimos hacia el pueblo pesquero de Cancale, una bonita villa marinera que destaca por sus deliciosas ostras. Además de probar este manjar, también podremos pasear por su puerto bañado por las aguas de la bahía del Monte Saint-Michel.

Continuamos el trayecto en Dinan, una pintoresca población medieval rodeada de murallas de la época céltica. Aquí podremos dar paseos en barco por el río o caminar por la preciosa calle de Jerzual, repleta de casas de madera y comercios artesanales.

Día 3: Saint-Brieuc y Perros-Guirec

Empezamos la tercera jornada con la visita a Saint-Brieuc, una idílica ciudad con casas de los siglos XV y XVI, una impresionante catedral y una iglesia que se empezó a construir en el siglo XIII. Seguimos el camino hacia Perros-Guirec, haciendo paradas en la abadía Beauport, los restos de un templo religioso de estilo gótico levantado en el siglo XII, y el Castel Meur, una curiosa casa enclavada entre dos rocas.

Una vez en Perros-Guirec, es imprescindible contemplar la magnífica Costa de Granito Rosa, un espacio protegido de gran belleza y valor natural.

Día 4: Morlaix y Locronan

El cuarto día llegamos a Morlaix para visitar su icónico viaducto; su puerto, que llegó a ser el más importante de la Bretaña francesa, y su bonita bahía, dominada por la isla del castillo del Toro. Ahora, la ruta nos conduce hasta Locronan y su espléndido patrimonio arquitectónico marcado por las mansiones renacentistas, una iglesia del siglo XV y la capilla de Nuestra Señora de la Buena Nueva.

Día 5: Quimper y Josselin

El último día de la ruta lo dedicamos a conocer la localidad de Quimper, la capital de la cultura de la Bretaña francesa. Esta población destaca por su casco histórico medieval, sus tranquilas plazas y los ríos Steïr y Odet que la atraviesan. Terminamos el recorrido en Josselin, donde destaca la basílica de Nuestra Señora de la Zarza y el castillo medieval de los duques de Rohan.

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