Mariana Flores Melo - Sierra de Cazorla, un inmenso espacio natural donde el agua es protagonista
Estamos en el norte de la provincia de Jaén y, sin embargo, frente a los lugares comunes sobre Andalucía, resulta que aquí el agua es protagonista. Aquí se despliega la Sierra de Cazorla, una comarca también conocida como Alto Guadalquivir o Comarca de Cazorla.
La mayor parte de su territorio forma parte del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España, el segundo de Europa y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 1983. Son más de 200.000 hectáreas de parajes de inigualable belleza, donde viven especies únicas en el mundo.
Estas sierras, separadas por el Guadalquivir, componen un espacio donde la presencia del agua es constante, con numerosos torrentes, cascadas y fuentes. Efectivamente este laberinto orográfico de valles, calares, tajos, montañas y altiplanos tiene gran importancia hidrológica, como dice la web de turismo de la Junta de Andalucía.
En la Sierra de Cazorla encontramos parajes de gran riqueza forestal, donde abundan encinas, robles, enebros y matorrales tapizan sus laderas. Entre tanto tesoro natural emergen pueblos y castillos, recordándonos el carácter de zona fronteriza que tuvieron durante mucho tiempo.
En sus pueblos serranos, donde las influencias castellanas y los acentos andaluces se funden, sus empinadas calles y callejas siguen los desniveles del terreno. Las casas de cal pueden llegar a tener hasta tres plantas de altura. Los rigores del clima se advierten en la presencia de chimeneas y en la apertura de escasos y pequeños huecos.
En la Sierra de Cazorla se puede disfrutar de actividades relacionadas con la naturaleza, claro, pero también participar en las antiguas tradiciones y festividades de la comarca, como la tradición medieval de la "entrada de los borregos", su curiosa procesión del Cristo del Consuelo, o las diferentes fiestas relacionadas con el fuego, luminarias y hogueras que iluminan las noches de la comarca.
Aquí nacen el Guadalquivir (en la Cañada de las Fuentes, a más de 1.330 metros de altitud) y el Segura. El parque toma tierras de 23 municipios de las comarcas de Cazorla, Segura, Quesada y Las Villas. Ya decimos que este parque es el segundo mayor espacio protegido de Europa. La inmensidad de su territorio propicia una gran diversidad de formas de relieve.
Se elevan cimas que superan los dos mil metros. Pero al tiempo, nos encontramos lanchares y torcas -los Campos de Hernán Perea-, cresterías, pliegues, simas -Pinar Negro, con más de 150 metros de profundidad- y crestas de dragón que se levantan sobre un paisaje semidesértico, espectacular, de ramblas y cárcavas.
El Guadalquivir discurre por un ancho y profundo valle mientras que sus afluentes le tallan lateralmente sorprendentes barrancos de paredes verticales o cerradas, como la de Elías en el curso del Borosa (en la foto superior), y espectaculares cascadas -Linarejos-. El agua es también protagonista de cuevas, como la del Agua en Tíscar, y de surgencias, caso del nacimiento del Segura o la laguna de Aguas Negras.
El Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas tiene el privilegio de contar con especies como cabra montés, el ciervo y el jabalí, así como con muflones, que pueden contemplarse en estado de semilibertad en el Parque Cinegético "Collado del Almendral".
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