Mariana Flores Melo - Los 10 pueblos más bonitos de la provincia de Guadalajara

Aunque nunca ha sido uno de los destinos estrella de España, la provincia de Guadalajara guarda un montón de secretos para todo aquel que busque una escapada menos convencional. Paisajes variados e impresionantes, restos muy bien conservados del pasado medieval, arquitectura única, una gastronomía con sello propio... Estos son algunos de los tesoros de este territorio.

En plena Serranía de Guadalajara se encuentra uno de los pueblos más turísticos de la provincia. Conocida por su impresionante conjunto medieval (que cuenta con un castillo, una catedral, varias iglesias, un monasterio, murallas, palacetes y numerosas casas) y su oferta gastronómica, Sigüenza está además rodeada un precioso entorno natural.

La localidad de Atienza trepa hacia las alturas de un escarpado cerro, en el que se encuentran los restos de su viejo castillo medieval. Recorriendo sus calles antiguas, en las que también encontramos arcos e iglesias románicas, se puede acceder hasta el mismo torreón, desde el que se puede disfrutar de unas vistas magníficas de las llanuras de La Alcarria.

La arquitectura negra es uno de los atractivos más únicos del norte de Guadalajara, y Majaelrayo es uno de sus ejemplos paradigmáticos. Se trata de un sistema de construcción de edificios bajos y de gruesos muros, enteramente a base de lascas de pizarra, originalmente concebido para soportar los duros inviernos de la zona.

Dentro del cañón del río Dulce y rodeado de escarpados barrancos que son hogar de buitres negros se esconde el pueblo de Pelegrina, un pequeño núcleo a las faldas de un castillo en ruinas. Es además el punto de partida de varias rutas de senderismo que recorren los fértiles valles fluviales y las espectaculares cascadas de Las Hoces.

Sin desmerecer el casco histórico y sus tres iglesias medievales, quizás lo que hace más famoso al pueblo de Brihuega son sus extensos campos de lavanda, que entre primavera y verano tiñen el paisaje de un potente color violeta y perfuman el aire.

A los pies del pico Ocejón, el más alto de toda la provincia, se encuentra otro de los grandes ejemplos de la arquitectura negra: Valverde de los arroyos, construido en su totalidad en este estilo típico. Sirve además como punto de partida para acometer el ascenso al pico, así como para relajarse en una terraza después de descenderlo.

La Cabrera es una minúscula pedanía de Sigüenza que se abraza al curso del río Dulce, y que ofrece un hermoso paseo, especialmente bonito en otoño, que combina la belleza del agreste entorno con la arquitectura medieval.

Una de las localidades más conocidas de La Alcarria es Cifuentes, una vieja villa que cuenta con su propio castillo y la impresionante iglesia románica del Cristo Salvador, además de capillas, iglesias, conventos y casonas.

Lo medieval es una constante en los pueblos de Guadalajara e Hita no va a ser una excepción. Especialmente destacan la Iglesia de San Juan, la Iglesia de San Pedro (parcialmente destruida en la Guerra Civil) y la Puerta de Santa María, de arquitectura militar gótica.

Trillo es un municipio situado a las orillas del Tajo, quizás especialmente famoso por su central nuclear aún operativa. Pero Trillo también tiene un importante patrimonio histórico en la forma de un agradable paseo en el curso del río, el puente sobre el mismo y la Casa de los Molinos.



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