Mariana Flores Melo - El santuario marino que surgió tras el impacto de una bomba nuclear: arrecifes de coral en unas islas paradisiacas

<p>En pleno océano Pacífico, en la región de Micronesia, se sitúa uno de los lugares más bonitos, y a la vez, radiactivos del mundo: el<b> atolón Bikini</b>, en las <b>Islas Marshall. </b>El mundo submarino que rodea a este país insular hace que sea un paisaje digno de admirar. No solo impresiona su belleza, sino también su curioso pasado y la historia de cómo fue creado este santuario marino tan precioso como peligroso. </p><h2>La historia de atolón Bikini</h2><p>Entre los años 1946 y 1958, en plena Guerra Fría, <b>Estados Unidos</b>, llevó a cabo varias <b>pruebas nucleares</b> en las Islas Marshall, concretamente en el atolón Bikini. Se eligió este lugar estratégico debido a su aislamiento, lejos de las rutas regulares de aire y mar.</p><p>Entre todas las bombas lanzadas, la más devastadora fue la de la Operación Castle (1954), cuando se lanzó la <b>Castle Bravo</b>, la primera bomba de hidrógeno que se podía lanzar desde el aire y <b>la más potente jamás detonada por los Estados Unidos</b>, mucho más fuerte y mortífera que las de Hiroshima y Nagasaki.</p><blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">Una de las fotos más aterradoras y fascinantes jamás vistas. Prueba nuclear del atolón Bikini, 1946. <a href="https://t.co/1jE6XsHV8R">pic.twitter.com/1jE6XsHV8R</a></p>&mdash; Historia y Arqueología™ (@redhistoria) <a href="https://twitter.com/redhistoria/status/1559718083610251264?ref_src=twsrc%5Etfw">August 17, 2022</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script><p>La detonación ocasionó una <b>bola de fuego</b> de casi 7 kilómetros de altura y visible a 450 kilómetros de distancia. Mientras que la nube alcanzó una altura de casi 14 kilómetros y creció tan rápido que llegó desde Bikini hasta <b>Rongelap, Ailinginae y Rongerik</b>, otros dos atolones de las islas Marshall. </p><p>Estos territorios quedaron expuestos a la contaminación, al polvo radiactivo que empezó a cubrirlo todo, ocasionando <b>muertes y diversos problemas de salud </b>a quienes allí vivían: pérdida del cabello, náuseas, vómitos, diarrea, sangrado de encías, etc. </p><h2>Un sorprendente santuario marino </h2><p>Esta grave detonación ocasionó un hecho totalmente inesperado: un <b>santuario marino radiactivo</b> donde la vida marina prospera en medio de la toxicidad. Tal y como demostró <b>Stephen Palumbi</b>, profesor de Ciencias Marinas, en el año 2016, mientras realizaba una expedición en el Pacífico.</p><p><b>La pesca estuvo prohibida</b> en ese lugar durante casi siete décadas debido a la radiación, provocando de esta manera, un santuario digno de apreciar y donde la actividad humana ha sido inexistente. </p><h2>Actividades acuáticas permitidas en las Islas Marshall </h2><p>Aunque en atolón Bikini no se pueda disfrutar de un increíble baño, en el resto de los atolones<b> sí está permitido</b>. Además, una de las actividades acuáticas más realizadas en las Islas Marshall es el <b>submarinismo</b>. También se puede practicar kitesurf, pesca deportiva o surf. <span>Las aguas cristalinas dejan ver a la perfección la</span><span> biodiversidad marina,</span><span> que cuenta con más de 1000 especies de peces y variedades distintas de coral duro y blando.</span></p><p>Uno de los puntos más llamativos del fondo marino de las islas es el <b>portaaviones estadounidense </b>USS Saratoga (CV-3),<b> </b>que participó y sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Es más grande que el Titanic y fue utilizado como blanco naval en la prueba submarina Baker durante la Operación Crossroads (1946). También se pueden encontrar<b> aviones de la Segunda Guerra Mundial.</b></p><p><a href="https://www.20minutos.es/estaticos/newsletter-viajes/">Apúntate a nuestra <i>Newsletter </i>de Viajes y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo</a></p>

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