Mariana Flores Melo - Siete cosas y muchas calas que ver en Jávea

Jávea es uno de los destinos turísticos más importantes de la Costa Blanca alicantina. Aparece entre dos cabos, el de la Nao y de San Antonio. Esta población alicantina mantiene el equilibrio entre las importantes huellas de las civilizaciones que la eligieron como asentamiento y la modernidad del destino turístico que es.

El municipio se divide en tres: la villa, el puerto y el Arenal. En el casco antiguo, las encaladas casas con puertas, ventanas y balcones de piedra, recorren estrechas calles. En el litoral, playas y calas unidas por una red de miradores.

En las calles del casco antiguo llaman la atención del visitante los abundantes ejemplos de arquitectura típica, presente en elementos tales como las rejas de las casas y dinteles de piedra “tosca”.

Es el más insigne monumento de Jávea. Es un bello ejemplo del gótico isabelino surgido como defensa frente a los asaltos de piratas. La iglesia de San Bartolomé funciona como centro neurálgico de la villa.

Es otra de las citas obligadas dentro del recorrido por el centro de la ciudad. En este museo es posible conocer el pasado de la localidad.

Javea muestra su lado más turístico en la zona portuaria. Además de una amplia oferta de alojamientos, restauración y ocio, el puerto permite desde practicar todo tipo de deportes náuticos, como la vela o el windsurf, hasta hacer una excursión en barco hasta Denia.

Uno de los principales atractivos de Javea es su extenso litoral. Nada menos que 20 kilómetros de arenales y recoletas calas donde se puede disfrutar del baño y practicar una gran variedad de deportes náuticos.

Es una de las más emblemáticas del litoral de Jávea. En este lugar, junto al Canal de la Fontana, se alza el Parador de Turismo “Costa Blanca”, en un enclave privilegiado a escasos metros de la playa.

Con su arena fina y dorada, es otro de los lugares más populares de la costa de Jávea. Y de las mejores, por sus aguas transparentes, ideal para practicar submarinismo y buceo.

También conocida como La Caleta, está formada por dos pequeñas calas de 80 y 40 metros que se comunican por un litoral de piedra. Es una cala semiurbana de grava y roca en su mayoría. Está formada por dos calas contiguas que se comunican a través de un litoral de piedra.

También conocida como La Barraca, es un lugar donde la vegetación natural irrumpe hasta la orilla del mar. Está rodeada de pinos y tiene vistas a un gran islote (El Portixol), donde muchos submarinistas se acercan a bucear. Hay también pequeñas casas que son embarcaderos donde los pescadores guardan barcas y utensilios.

Es un espacio protegido de alto interés ecológico, científico, paisajístico y recreativo, que ocupa 900 hectáreas en la costa norte de Alicante, entre Jávea y Dénia. Sus acantilados, que llegan a superar los 150 metros de altura, crean un bello y espectacular paisaje. Hay corales, praderas de posidonia oceánica y, en cuanto a fauna marina, cigalas, meros, gorgonias... Se permite el baño y buceo en apnea.

En ese mismo cabo San Antonio, pero hacia el interior, está este altivo macizo calizo de 753 metros de altitud, que es Parque Natural desde 1987. Conecta con el cabo mediante la plataforma elevada de Les Planes. La flora es muy rica con más de 650 especies entre las que se encuentran numerosos endemismos. Hay diversos senderos que ofrecen la posibilidad de recorrer el parque y un centro de interpretación.

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