Mariana Flores Melo - Guía de viaje para una ruta en coche por Alicante
En términos turísticos, la provincia de Alicante se identifica con la marca turística Costa Blanca. Eso nos hace pensar en playas, costas, chiringuitos, hoteles... pero Alicante tiene toda una costa y un interior lleno de sorpresas, urbanas y naturales.
Bellos pueblos, calas escondidas, cuevas, cascadas y un largo etcétera. Con esta pequeña guía de viaje recorremos en coche la provincia de Alicante, iniciando el recorrido por la capital y acabando en Elche.
Mucho que ver. Si tenemos poco tiempo, es imprescindible llegarse al Paseo marítimo, conocido como la Explanada de España. Es una de las zonas más populares de la ciudad, por lo que siempre tiene mucho ambiente. Y el Castillo de Santa Bárbara (en la imagen), ubicado sobre el Monte Benacantil. Tiene unas vistas espectaculares de la bahía de Alicante.
Saliendo desde Alicante hacia el norte llegamos a estas termas naturales. Son una zona húmeda protegida y se encuentran cerca de Callosa d'En Sarrià y a unos 15 kilómetros de Benidorm. Para llegar hasta este lugar hay que realizar una ruta de 1,5 kilómetros a lo largo del cauce del río Algar.
Uno de los pueblos más bonitos de España, su principal atractivo es su castillo-fortaleza del siglo XI. El casco antiguo está en lo alto de una peña sólo accesible a través de una oquedad abierta en la montaña. De esa situación nace una de las imágenes emblemáticas de toda la Costa Blanca: el conjunto que forman el campanario exento y el túnel de acceso al casco antiguo.
Declarado Parque Natural, es un monolito de piedra caliza de más de 300 metros de altura unida a la costa. Un lugar espectacular para hacer senderismo o escalada.
No hay que dejar de visitar la Cala del Moraig. Está compuesta por la zona de playa, con aguas turquesas de ensueño y la Cova dels Arcs, una zona con tres arcos por los que entra el agua del mar.
Aunque solo sea por sus playas, pese a que el tiempo ya no acompaña. Como Cala Granadella (en la imagen), una de las mejores playas de aguas transparentes, ideal para practicar submarinismo. O Cala Blanca, también conocida como La Caleta, que está formada por dos pequeñas calas de 80 y 40 metros que se comunican por un litoral de piedra. O Cala del Portixol, llamada también La Barraca, donde la vegetación natural irrumpe hasta la orilla del mar.
Es uno de los pueblos más bonitos de la comarca de la Marina Alta, junto a la vertiente de solana de la Sierra Segaria. Es un pueblo con todo el tipismo de lo pequeño. Para disfrutarlo hay que recorrer las empinadas y blancas calles que ascienden hacia la sierra.
Aquí brilla el agua. Hay fuentes por todas partes. Chorrea el agua entre las piedras, empapa las raíces y asalta los caminos. Típico pueblo de montaña, la Sierra de Mariola está a dos pasos. En las faldas de es sierra se ubicaba el Castillo, hoy derruido, y el Convento Franciscano. Pueblo escarpado con casco antiguo bien conservado, se dedica básicamente a la agricultura.
La sierra de Mariola se ubica entre las comarcas del Alcoià, el Comtat y la Vall d’Albaida. Si por algo destaca es por la gran variedad de hierbas aromáticas que exhibe y por la abundancia de agua. Destaca el barranco del Sinc, una profunda entalladura de espectaculares paredes. Los 1.390 metros del Montcabrer coronan el macizo.
A poco más de 4 kilómetros del puerto de Santa Pola, se trata de una pequeña isla de unos 0,3 kilómetros cuadrados declarada Bien de Interés Cultural. Es un lugar perfecto para pasear, desconectar y disfrutar de los encantos del Mediterráneo en la que fue la primera reserva marina declarada en España.
Como dijo The Guardian en 2019: "Fuera del resplandor de los resorts de las playas de la Costa Blanca, lo suficientemente tierra adentro como para preservar su modestia. Y eso es lo mejor para ella (la ciudad)". De Elche destacan las 200.000 palmeras de su Palmeral (en la imagen), sitio patrimonio mundial. Pero también el Castillo de Altamira y la basílica de Santa María, hogar del Misteri de Elche, patrimonio oral e intangible por la Unesco.
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